La escuela para descansar
La escuela es un espacio creado para el "trabajo", también para la fiesta pero no se ha conformado como espacio para el descanso. No suele haber descansos sino recreos y no es lo mismo. Como ya he dicho en un post anterior la relajación debe de ser inherente en el aula y a diario.
No se trata de sobrecargar los curriculums y los programas sino de descargar a las personas (maestros y niños) de tensiones, agobios y cansancios.
El descanso en un gesto creativo, no debería ser un lujo sino una necesidad, y en la sociedad agitada en las que vivimos hoy, es una responsabilidad.
El descanso aunque sea solo un par de minutos devuelve al niño a la clase, pero también al maestro, con otra presencia, con otro talante, con otra vibración y energía, con una renovada frescura.
Cuando una persona está cansada no presta atención, el descanso nos permite recuperarnos. En la escuela no es una pérdida de tiempo sino una inversión. Descansar para ser se convierte en una urgencia pedagógica.
En una clase de yoga ( kundalini yoga), soy instructora de esta disciplina; después de cada ejercicio se hace un pequeño descanso para integrar los beneficios del mismo. Y al acabar la serie, se hace una relajación para disponer al cuerpo en un estado de conciencia que nos va a ayudar a responder a una necesidad personal. Veo los efectos en mi práctica y en mis alumnos.
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