El juego

El juego, el placer y las emociones positivas: desde un enfoque lúdico podemos aprender cómo aumentar la capacidad para las sensaciones y experiencias agradables, limitada a menudo por una infancia marcada por un trauma o por las decepciones y los sufrimientos del apego inadecuado. Estas sensaciones se vuelven más accesibles a medida que mediante el juego los niños exploran las emociones positivas de alta y baja excitación y practican movimientos lúdicos.

El juego y las emociones positivas dependen de un apego seguro para su completa elaboración; una actitud lúdica nos permite abrazar la vida y a los demás con liviandad, humor y apertura.

                  La vida puede ser muy divertida


Los entornos en la infancia alimentan o limitan las emociones positivas, explora las características físicas de la jovialidad y proporciona algunas nociones sobre el modo de recuperar y seguir desarrollando nuestra capacidad de juego, de placer y de emociones positivas. 

Todos nosotros nacemos con un impulso innato de jugar y de pasárnoslo bien, una necesidad que se satisface cuando nuestros cuidadores juegan con nosotros.

Por eso les invito a que juegues con tus hijos; esa naturaleza espontánea de las actividades lúdicas fortalece las relaciones de apego y los vínculos sociales de un modo diferente al consuelo que recibimos cuando estamos angustiados o, de un modo más general, a los cuidados que nos ofrecen las figuras de apego.

Jugando con mamá…la madre normalmente es el "primer juguete" del bebé, visualiza este vídeo y reflexiona sobre la relación con el menor como madre/padre o educador.






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